miércoles, 3 de febrero de 2010

Aviones de papel

Ayer en una de las clases de 2º de Periodismo se hablaba sobre la "apremiante necesidad" de una televisión menos politizada, menos esclava de los intereses económicos. Se nos llenaba la boca revindicando una mayor neutralidad, poniendo por bandera nuestra vocación y desafiando a los maletines que algún día nos darán de comer. Se respiraban ideales universitarios y periodísticos, esos que hacen que nuestra profesión siga siendo calificada por algunos como "oficio": trabajo por amor al arte.

Como si de otra especie humana se tratara, hacen su aparición de nuevo los controladores aéreos. Hoy llegaban rumores de una nueva huelga esta vez, y fruto de la más incuestionable casualidad, en Semana Santa. El presidente de la Unión Sindical de Controladores aéreos ha desmentido esta información, pero reconoce que no se plantean una reducción salarial para aliviar el coste del servicio que está siendo cuestionado. Por supuesto, es entendible que cada cual luche por sus propios intereses. Lo que no me cabe en la cabeza es que arda Troya por querer bajar los salarios de unos controladores que cobrán más de 200.000 € anuales y trabajan en cabinas a todo lujo. La mayoría de los españoles consideran que esta cifra es escesiva. No se por qué, no me sorprende. Quizás porque doy por hecho que entre la mayoría de los encuestados habría más de un mil eurista y, probablemente, alguno de los 4 millones de parados.
Distintas visiones de la ambición humana. Quizás nuestros idealizados deseos de un periodismo puro y casto, ajenos a las fuentes de financiación, tengan que ver conque ya hemos asumido que más que a los controladores aéreos, nos pareceremos a esos que se las apañan con solo 3 ceros.

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