¡Los Indignados nos invaden!

O por lo menos la bandeja del correo electrónico de Radio Barbastro. Hoy he abierto temerosa este programa después de un viernes entero borrando mensajes. Efectivamente, había casi otros 100 mensajes enviados el día 29 por distintos Indignados.
Al abrir el servidor el viernes empezó a entrar un goteo interminable de mensajes de distinta procedencia pero con el mismo mismo asunto: "[Petición Ciudadana] ID#" y a continuación una serie de números y letras que cambiaban a razón del emisor.

El mensaje pretende reivindicar una mayor y mejor cobertura mediática al fenómeno del 15M. Aquí va uno de los párrafos más significativos a modo de resumen:
"Nos gustaría, que en su información 'irrelevante' de un 'hecho sin importancia' añadieran que los cinco señores que se manifestaron desnudos, eran un 0,00005% del total de manifestantes, que los 20 manifestantes que pintaron en las fachadas de ciertos edificios tan solo eran un 0,0002% del total de los manifestantes."

Fenómeno cuanto poco curioso, no? Toda mi admiración por la enorme coordinación y originalidad de los Indignados, a pesar de que, en este caso, solo han conseguido que la becaria adquiera una habilidad pasmosa en el borrado masivo de mensajes. Olvidando el tiempo invertido en esta tarea, diré que están logrando sacar un gran rendimiento a las herramientas y posibilidades que ofrece Internet y, hoy en día, es una de las más potentes fuentes de poder. Muy correctamente han escrito los destinatarios de forma que las direcciones no sean visibles. Solo puede leerse el primero de ellos:El Mundo. No hay que ser muy hábil para imaginar que será una lista bastante considerable...

Ahora toca preguntarse: ¿cuántos medios recibirían este mensaje? ¿Habrá alguno que halla dado cobertura a este email masivo? Lamentablemente el idealismo de los periodistas suele terminar en rutinaria comodidad y buscar un hueco a fenómenos como este, en vez de entusiasmo, suele acarrear algún que otro bostezo.

El fútbol sin radio y la radio sin fútbol

Las intenciones de la Liga Profesional de Fútbol generan titulares cuanto menos sorprendentes. ¿"Peligra el fútbol en la radio"? ¿Cómo? Tal idea se escapa al entendimiento. ¿Qué sería la radio sin fútbol? Primero, tengamos en cuenta que estamos hablando de una de las principales fuentes de ingresos del medio radiofónico. Más de una vez hemos escuchado en la Universidad eso de que los informativos se sustentan económicamente gracias a los frutos del periodismo deportivo (por mucho que le pese a más de uno). Por una vez olvidémonos del dinero. ¿Qué sería la radio sin esas voces desgañitándose cada vez que se marca un gol? ¿Sin esos anuncios dicharacheros que siguen promocionando lo mismo que hace 20 años?

Pero démosle la vuelta a la tortilla: ¿Qué son los partidos de fútbol sin su correspondiente retrasmisión? La LFP quiere cobrar un canon por instalar micrófonos en los estadios. Pues bien, pensemos en un fútbol mudo; solo imágenes (si permiten entrar cámaras) de 22 "personajillos" corriendo por el campo. Y el resto, se lo dejamos a nuestra potente imaginación.

Entre la SGAE vigilando "lo que cantamos" y esta "brillante" iniciativa (que dudo consiga salir a flote) ¡vamos buenos! Señores de la LPF, vayan imprimiendo los carteles de "Se ruega silencio" para colgar en las entradas de los estadios.

Jazz y otros recuerdos

Primer día en que la música no habrá invadido cada rincón de las calles peruginas. A pesar de estar ya en tierras barbastrenses, es imposible que la mente no viaje cada día un ratito hasta allí y preguntarse qué habrá cambiado, qué seguirá igual. ¿Habrá vuelto la Piazza a su aspecto habitual tras el paso del Umbría Jazz? ¿Se habrá esfumado toda esa marea de gente que inundaba Corso Vanuci, todas esas notas musicales que flotaban por el aire desde el mediodía?
Y mientras, de nuevo en casa, suenan otro tipo de melodías: voces familiares que se deshacen en bienvenidas, gritos infantiles que llenan de vida, expresiones por todas partes que hace una semana (a 1500 km de aquí) era yo la única que las decía. De nuevo toca acostumbrarse a otro estilo de vida. La ventaja es que este lo tengo ya más que controlado; la desventaja, demasiados proyectos en mente para menos de dos meses. Seguiré envidiando a los que saben aburrirse en verano.


Habrá que ir asumiendo que ya somos "ex-Erasmus"... pero Perugia, siempre tendrá un lugar privilegiado en nuestro presente. Porque todas las vivencias pasadas definen nuestra posición en el futuro y las que aquí tuvieron lugar, no serán fáciles de arrinconar en la memoria.

Dinero: ese ente todopoderoso

Nos mata, nos da la vida.
Hablamos de "cuentas oxigenadas" con total tranquilidad. A mi, después de ver reportages como este, comparar el dinero con oxigeno me parece tan acertado como inquietante.



En ocasiones, superar el desconocimiento supone enfrentarse a una desagradable impotencia. Pero sin duda, lo absolutamente destructivo es la indiferencia.